
Rubeosis del iris: Causas
hace 1 semana · Actualizado hace 1 segundo

La palabra “rubeosis” viene del latín “rubeo” (enrojecer). En oftalmología, se refiere a la aparición de neovasos en el iris. El iris normalmente tiene pocos vasos sanguíneos y una circulación bien organizada. Pero, cuando el ojo sufre problemas de circulación, como la isquemia, el cuerpo crea nuevos vasos en lugares inusuales, como el iris.
Causas y factores de riesgo
La rubeosis del iris suele ser consecuencia de estados isquémicos o hipoperfusiones graves en la retina o coroides. Las principales causas son:
- Retinopatía diabética (proliferativa):
- La diabetes mal controlada daña los vasos retinianos, lo que puede causar neovascularización en la retina e iris.
- Oclusión de la vena central de la retina (OVCR) o de ramas venosas retinianas:
- Estas oclusiones causan estancamiento de sangre y isquemia en la retina, lo que activa la formación de neovasos.
- Oclusión de la arteria central de la retina (OACR) o de ramas arteriales:
- Las oclusiones arteriales también causan isquemia y pueden generar neovascularización, aunque menos común que las venosas.
- Isquemia ocular por otras causas:
- Tumores intraoculares avanzados que afectan la circulación.
- Enfermedades inflamatorias o uveítis crónicas que alteran el riego sanguíneo.
- Patologías que reducen severamente la perfusión del globo ocular, como la enfermedad carotídea.
- Cirugías oculares complicadas:
- En ocasiones, tras cirugías o traumatismos severos, pueden surgir alteraciones de la vascularización que derivan en rubeosis.
En todos estos casos, se produce un desequilibrio entre los factores que estimulan la formación de vasos y los mecanismos inhibidores normales. Esto provoca la proliferación anormal de vasos.
Fisiopatología básica
La retina y otras partes del ojo no reciben suficiente oxígeno. Esto hace que liberen factores angiogénicos como el VEGF. Estas proteínas viajan al humor acuoso y fomentan la formación de vasos en lugares incorrectos.
Estos neovasos son frágiles y pueden sangrar. También pueden crecer de forma desorganizada. Esto invierte el ángulo camerular y complica el drenaje del humor acuoso.
Manifestaciones clínicas
Al principio, la rubeosis del iris puede no presentar síntomas claros. Solo se detecta en un examen de rutina. Pero a medida que avanza, pueden aparecer síntomas como:
- Enrojecimiento o cambios en la superficie del iris:
- El iris puede enrojecerse o mostrar vasos sanguíneos anómalos. Esto se ve con lámpara de hendidura en la consulta.
- Glaucoma neovascular:
- Es una complicación grave. Los neovasos en el ángulo de drenaje forman membranas que bloquean el flujo del humor acuoso.
- Esto aumenta rápidamente la presión intraocular (PIO). Esto causa dolor, visión borrosa, cefaleas, enrojecimiento y pupila dilatada.
- Hemorragias en cámara anterior:
- Los neovasos pueden sangrar, causando hipemas.
- Disminución de la agudeza visual:
- Se debe a la isquemia retiniana y a complicaciones como el glaucoma.
Diagnóstico
El diagnóstico de rubeosis del iris se hace con un examen oftalmológico completo. Este examen incluye:
- Examen con lámpara de hendidura:
- Permite ver los vasos anómalos en la superficie del iris o en el ángulo iridocorneal.
- Tonometría:
- Para medir la presión intraocular y descartar un posible inicio de glaucoma neovascular.
- Gonioscopia:
- Consiste en examinar el ángulo camerular con un gonioscopio. Es crucial para detectar neovasos en el ángulo y valorar la extensión de la neovascularización.
- Fondo de ojo (oftalmoscopia o biomicroscopía con lente de contacto):
- Para evaluar la retina y el nervio óptico, y buscar la causa de isquemia (retinopatía diabética, oclusión vascular, etc.).
- Angiografía fluoresceínica o OCT (Tomografía de Coherencia Óptica):
- La angiografía fluoresceínica puede mostrar zonas de no perfusión (isquemia) en la retina y la presencia de neovasos.
- La OCT y la OCT-angiografía pueden aportar información sobre el estado de la retina, el edema macular y la extensión de la neovascularización.
Tratamiento
El tratamiento busca solucionar la rubeosis y controlar la causa subyacente. Se enfoca en:
- Control de la enfermedad de base:
- Es crucial controlar bien la glucemia y vigilar la hemoglobina glicosilada (HbA1c) en la retinopatía diabética.
- Para las oclusiones vasculares, es importante tratar las causas como la hipertensión y la dislipemia.
- Terapia antiangiogénica (inyecciones intravítreas de anti-VEGF):
- Los fármacos como ranibizumab y aflibercept reducen el VEGF, frenando la proliferación de vasos anómalos.
- Estos medicamentos pueden ser beneficiosos en la rubeosis y la neovascularización retiniana.
- Fotocoagulación panretiniana (PRP):
- Se usa láser en la retina isquémica para eliminar áreas que producen VEGF. Esto reduce la formación de neovasos en el iris.
- Tratamiento del glaucoma neovascular:
- El tratamiento incluye medicamentos hipotensores oculares y, a veces, procedimientos como la trabeculectomía.
- Es crucial controlar la presión intraocular para evitar dañar el nervio óptico.
- Cirugía o láser directo sobre neovasos del ángulo:
- En algunos casos, se usa láser focal para tratar los vasos del ángulo. Sin embargo, la PRP retiniana y los anti-VEGF intravítreos suelen ser más efectivos.
Complicaciones
La rubeosis iridis puede causar glaucoma neovascular, que es difícil de manejar si se diagnostica tarde. Este glaucoma puede llevar a una pérdida severa de visión. En casos extremos, se considera la cirugía o incluso la enucleación para aliviar el dolor.
Si no se trata la isquemia subyacente, los neovasos pueden seguir proliferando. Esto puede causar hipemas y otras alteraciones que afectan la visión.
Pronóstico
El pronóstico de la rubeosis del iris depende de varios factores:
- La causa de la isquemia:
- Si se maneja bien la retinopatía diabética, la proliferación puede estabilizarse.
- La intervención temprana con láser o anti-VEGF puede mejorar la perfusión o evitar empeoramientos ante oclusiones vasculares.
- La prontitud en el diagnóstico y tratamiento:
- Tratar la neovascularización cuanto antes puede prevenir complicaciones graves.
La rubeosis es una señal de alarma de una mala circulación ocular. Es crucial controlar la enfermedad de fondo y aplicar terapias oculares. Esto reduce la producción de VEGF y la isquemia, ayudando a conservar la visión.
Conclusión y recomendaciones
- La rubeosis del iris es consecuencia de patologías isquémicas oculares, como la retinopatía diabética proliferativa y las oclusiones vasculares retinianas.
- La detección temprana es clave para actuar antes de que surjan complicaciones irreversibles.
- El tratamiento combina manejo sistémico de la enfermedad subyacente con terapia ocular local.
- Implementar estas medidas tempranamente mejora las posibilidades de mantener la visión útil y reducir el dolor ocular asociado al glaucoma neovascular.
Aviso de responsabilidad
Esta información es general y no reemplaza la evaluación médica personalizada. Si sospechas de rubeosis del iris, lo mejor es ir al oftalmólogo lo antes posible. El profesional podrá confirmar el diagnóstico y dar las medidas adecuadas para ti.
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