Puntos lagrimales: Estenosis
hace 1 año · Actualizado hace 5 meses

Los puntos lagrimales son pequeñas aberturas en los párpados. Son clave para mantener la salud de los ojos. Ayudan a que las lágrimas se drenen correctamente hacia la nariz.
Exploraremos su anatomía, cómo funcionan y las posibles alteraciones. También veremos cómo se diagnostican y tratan las enfermedades relacionadas.
- 1. Anatomía y ubicación
- 2. Fisiología del drenaje lagrimal
- 3. Variaciones anatómicas y congenitas
- 4. Patologías y diagnóstico
- 5. Pruebas diagnósticas específicas
- 6. Tratamiento de las disfunciones puntales
- 7. Cuidados post-tratamiento y seguimiento
- 8. Consideraciones especiales
- ¿Qué pasa si tengo un puntito en el lagrimal?
- ¿Cómo se cura la obstrucción lagrimal?
- 1. Obstrucción congénita del conducto nasolagrimal
- 2. Obstrucción canalicular o puntal
- 3. Obstrucción adquirida del conducto nasolagrimal en niños mayores y adultos
- 4. Cuidados y seguimiento
1. Anatomía y ubicación
Número y localización
En cada ojo, hay dos puntos lagrimales: uno en la parte superior y otro en la inferior.
Se encuentran en el tercio medial del párpado, cerca del rincón de la nariz.
Median 0,2–0,3 mm de diámetro. Son lo suficientemente grandes para dejar pasar las lágrimas, pero no partículas gruesas.
Relación con las estructuras palpebrales
Están justo debajo de la cresta lagrimal lacrimal, una pequeña elevación en el párpado.
Detrás de ellos, se encuentra el canalículo lagrimal. Este conducto mide 1 mm y tiene 8–10 mm de largo. Se curva hacia el otro canalículo para formar el sistema común.
2. Fisiología del drenaje lagrimal
Captación de la lágrima
Con cada parpadeo, los puntos se sumergen en la lágrima. La presión negativa ayuda a que el líquido entre en los canalículos.
El músculo orbicular de Riolano actúa como una bomba. Su contracción y relajación ayudan a mover la lágrima hacia el saco lagrimal.
Transporte y evacuación
La lágrima pasa al saco lagrimal. Con cada latido cardiaco y respiración, se mueve hacia el conducto nasolagrimal.
Finalmente, sale bajo el cornete inferior hacia la nariz. Allí se evapora o se absorbe.
3. Variaciones anatómicas y congenitas
Punto lácrimal ausente o hipoplásico
Puede faltar el punto superior o inferior (agenesia puntual), habitualmente unilateral.
Se asocia a veces con agénesis canalicular y provoca epífora (lagrimeo constante) desde la infancia.
Punto ectópico o desplazado
El punto se sitúa demasiado lejos de la superficie ocular (“high riding”) o muy medial, reduciendo la eficacia de captación lagrimal.
Conduce a lagrimeo intermitente, sobre todo al parpadear o con estímulos emocionales.
Punto redundante o protruido
En enfisema o flacidez palpebral (ríctus palpebral horizontal aumentado) el punto puede quedar evertido o con un asa de tejido, dificultando su inmersión en la película lagrimal y provocando epífora.
4. Patologías y diagnóstico
Obstrucción puntal
Causa: traumatismo, inflamación crónica (blefaritis), químicos, cicatrización tras cirugía.
Síntomas: epífora constante, sensación de lágrima acumulada, irritación secundaria.
Diagnóstico: se intenta infiltrar con sonda fina o teñir con fluoresceína para ver si entra al canalículo. La falta de paso == obstrucción puntual.
Punto imperforado
El orificio cutáneo no está abierto; la lágrima no puede acceder al sistema de drenaje.
Frecuente en neonatos con epífora congénita; suele resolverse en semanas cuando se abertura espontánea, pero a veces requiere masaje o sondaje.
Sacos lagrimales contaminados
Con el punto obstruido, la lágrima queda estancada en la zona lacrimal y propicia infecciones (dacriocistitis).
Dolor, edema en zona lacrimal, secreción purulenta.
Requiere sondeo y, en casos crónicos, dacriocistorrinostomía (DCR).
5. Pruebas diagnósticas específicas
Sondaje y canaliculografía
Una sonda muy fina se introduce por el punto para valorar la permeabilidad. En casos complejos, se inyecta contraste vía canaliculografía.
Test de fluoresceína (Jones I y II)
Se echa fluoresceína en el saco conjuntival. Se observa si aparece en la fosa nasal (I) o se recupera tras sondaje (II). Esto ayuda a diferenciar entre obstrucción alta y baja.
Dacrioscopia con endoscopio
Esta técnica permite ver directamente el punto y el canalículo inicial. Es útil para tratar estenosis puntal sutil y para guiar intervenciones mínimas.
6. Tratamiento de las disfunciones puntales
Obstrucción congénita (Punto imperforado en lactante)
Masaje digital: se presiona hacia abajo en el saco con el pulgar 4–6 veces al día.
Si persiste, se realiza sondaje puntual después de 6–12 meses.
Estenosis o cicatriz puntal en adulto
Dilatación con dilatadores de Bowman: se usan dilatadores graduados y estériles en consulta.
Puntoplastia: se hace un pequeño corte en el punto para ampliar el orificio. A veces se coloca stent de silicona por 2–3 meses para mantener la permeabilidad.
Punto redundante o evertido
Plicatura o recorte de la mucosa circundante y reubicación del punto en su posición ideal.
Acompañar con canaliculoplastia si existe estrechamiento canalicular.
7. Cuidados post-tratamiento y seguimiento
Vigilar que no haya epífora y que la evacuación sea adecuada con prueba de fluoresceína.
Usar profilaxis antibiótica tópica breve si se hace cirugía puntal o canalicular.
Revisar cada 4–6 semanas hasta confirmar la estabilidad del drenaje.
8. Consideraciones especiales
En cirugía de párpados (blefaroplastia, ectropión, entropión) es crucial identificar y proteger los puntos. Si cambian la tensión palpebral, se deben reubicar.
En traumatismos naso-faciales, el aparato lacrimal puede lesionarse. Es importante explorar los puntos formales antes de reconstruir.
Resumen
Los puntos lagrimales son pequeños pero muy importantes. Son la puerta de entrada para que las lágrimas fluyan correctamente. Su correcta función mantiene la superficie ocular en equilibrio.
Si estos puntos se bloquean, se forma epífora y se corre el riesgo de infección. Para diagnosticar, se usan pruebas simples y tecnologías avanzadas. El tratamiento puede ser desde masajes hasta cirugía.
Es crucial revisar estos puntos en cirugías para evitar problemas futuros. Así se mantiene la función lacrimal y se evitan molestias y complicaciones.
¿Qué pasa si tengo un puntito en el lagrimal?
Un “puntito” en la zona del lagrimal puede ser un hallazgo benigno. Pero es importante estar atento:
Moco o secreción acumulada
Un pequeño tapón de moco puede aparecer después de una conjuntivitis o al dormir. Suele desaparecer al parpadear o lavar el ojo.
Punto lagrimal taponado o estenótico
Un ligero abultamiento o membrana blanquecina puede indicar que el puntito está cerrado. Esto hace que las lágrimas se acumulen, creando una “burbuja” de moco. No duele, pero puede hacer que llores o moquez más.
Canaliculitis (infección del canalículo)
Las bacterias pueden formar pequeños “calculitos” de pus. Al presionar el sacito lagrimal, puede salir un hilillo de material espeso y amarillento. Puede sentir sensibilidad o leve dolor.
Papiloma o tejido de granulación
Un bultito de mucosa inflamatoria o un papiloma benigno puede ser menos frecuente. Suele ser de color rosa o rojizo, no transparente.
¿Qué puedes hacer mientras tanto?
Higiene suave: lava la zona con suero fisiológico o agua hervida fría.
Compresas templadas: aplica calor local suave (una gasa humedecida y calentada) 5–10 minutos al día; ayuda a deshacer secreciones espesas.
No frotes ni pellizques: podrías inflamar más el tejido o empujar un posible tapón hacia dentro.
¿Cuándo deberías consultar al oftalmólogo?
Si ese puntito no desaparece tras 3–4 días de limpieza y compresas.
Si aparece dolor, enrojecimiento intenso, hinchazón del párpado o secreción purulenta.
Si además del bulto notas que las lágrimas se te desbordan de manera continua (epífora) o ves doble.
El especialista podrá determinar qué es exactamente. A veces, un simple sondaje del punto lagrimal puede solucionarlo. O quizás un curso de antibióticos en gotas si es canaliculitis. En casos de granuloma o papiloma, se realiza una pequeña biopsia/escisión ambulatoria.
La mayoría de los “puntitos” son reactivos y fáciles de tratar. Pero si persiste o molesta, es importante ver al especialista. Así evitamos infecciones más graves o bloqueos crónicos del drenaje lagrimal.
¿Cómo se cura la obstrucción lagrimal?
La obstrucción del drenaje lagrimal puede ser desde el punto lagrimal hasta el conducto nasolagrimal. Su tratamiento depende de varios factores. Hay obstrucción congénita (en lactantes) y adquirida (en niños mayores y adultos). El tratamiento varía desde medidas conservadoras hasta procedimientos quirúrgicos.
1. Obstrucción congénita del conducto nasolagrimal
Esta obstrucción suele ser por un tabique membranoso al final del conducto. La mayoría de los casos se resuelven de forma espontánea o con maniobras simples:
Masaje del saco lagrimal (“masaje de Crigler”)
Con el pulgar (o un dedo) se aplica compresión suave, pero firme, en la zona del saco (hendidura entre el párpado y la nariz), empujando hacia abajo y afuera unas 4–6 veces, 3–4 veces al día.
Esto crea una presión que abre la membrana y permite el paso de la lágrima.
Higiene palpebral
Limpieza diaria con suero fisiológico o agua hervida fría para evitar acumulación de moco y prevenir sobreinfección.
Sondaje y lavado (cuando no cede a los 6–12 meses de edad)
Bajo anestesia breve o sedación ligera, se introduce una sonda muy fina (Bowman) a través del punto lagrimal, recorriendo el canalículo y el conducto.
Se confirma la permeabilidad al irrigar suero por el sistema y observar su salida por la fosa nasal.
Suele ser curativo en >90 % de los casos si se hace antes de los 12–18 meses.
2. Obstrucción canalicular o puntal
Cuando el tapón es muy proximal (en el punto o canalículo), o aparece cicatriz tras traumatismo o cirugías, el tratamiento específico es:
Dilatar y sondar el punto
Usando dilatadores de Bowman, se hace más grande el orificio. Luego, se usa una sonda fina.
Se coloca un stent o tubo de silicona (intubación canalicular). Se deja de 2 a 3 meses para mantenerlo abierto.
Puntoplastia o trepanación puntal
Se hace una pequeña incisión para abrir el orificio. Si es necesario, se recorta el tejido redundante.
A veces se refuerza con un balón de silicona (punta-balonoplastia).
3. Obstrucción adquirida del conducto nasolagrimal en niños mayores y adultos
Si el bloqueo persiste o surge después de inflamaciones, traumatismos nasales o cirugías faciales, el paso final es la dacriocistorrinostomía (DCR):
Dacriocistorrinostomía externa
Se hace una pequeña incisión al lado de la nariz. Se expone el saco lagrimal y el hueso subyacente.
Se crea un “nuevo canal” (ostium) entre el saco lagrimal y la cavidad nasal, evitando la obstrucción.
A menudo se coloca un tubo de silicona interino para mantenerlo permeable durante 3–6 meses.
Tasa de éxito: >90 %.
Dacriocistorrinostomía endonasal (endoscópica)
Sin incisión externa: se perfora el hueso y se une el saco con la nariz usando endoscopio nasal.
Es menos invasiva y no deja cicatriz cutánea. El éxito es similar al método externo, pero requiere equipo especializado.
4. Cuidados y seguimiento
Antibióticos tópicos u orales si hay infección activa.
Retirada del stent tras el período indicado (2–6 meses) y comprobación de la permeabilidad con irrigación.
Revisión periódica de la vía (cada 3–6 meses al inicio, luego anual) para asegurar que el nuevo conducto permanece abierto y sin inflamación.
Resumen
Bebés (<1 año): masaje + limpieza → sondaje simple si no cede.
Canalículos o puntos: dilatación, sondaje + stent, puntoplastia si es necesario.
Adultos y niños mayores: DCR externa o endonasal (alta tasa de éxito).
Con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, se puede solucionar la mayoría de las obstrucciones lagrimales. Esto elimina la epífora y previene complicaciones infecciosas.
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Buenos días Dr. Me diagnosticaron estenosis de puntos lagrimales es la segunda vez que me pasa quisiera saber la causa de esto. La primera vez me drenaron pero ésta vez necesito operarme según la opinión de dos especialistas. A qué se debe esta patología?
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