
Pterigium: Causas y Tratamiento
hace 5 años · Actualizado hace 5 años

El Pterigium es una degeneración conjuntival popularmente conocida como “uña o palmera”, asienta generalmente en la misma zona que la pinguécula (conjuntiva nasal paralímpica ).
Consiste en una proliferación conjuntival carnosa y enrojecida que sobrepasa el limbo y llega a invadir la cornea.
De manera similar a la pinguécula, se inflama con frecuencia, requiriendo tratamiento antiinflamatorio intermitente para aliviar los síntomas del paciente. A diferencia de aquella, tiene tendencia a crecer.
Pudiendo producir astigmatismo, por la tracción corneal, y disminución de la agudeza visual, si llega a ocupar el eje óptico.
En los casos en que crece amenazando el eje óptico, o bien cuando produce molestias con excesiva frecuencia, está indicada la exéresis quirurgica del Pterigium.
Tejido subconjuntival que prolifera como una masa de tejido triangular en forma de ala e invade la córnea y afecta la membrana de Bowman y el estroma superficial.
Usualmente es bilateral y puede ser asimétrica en individuos de mayor edad.
Existen dos tipos: progresivo (carnoso) y estacionario (atrófico).
Pterigium: Síntomas
Los pacientes que refieren que el pterigión ha crecido últimamente suelen requerir una resección precoz, dado que estas lesiones tienden a crecer con rapidez.
En casos con crecimiento acelerado o un aspecto atípico, conviene realizar una escisión con biopsia sin demora.
La mayoría de las lesiones pequeñas son asintomáticas.
Puede haber síntomas de irritación y arenilla, debido a la presencia de un dellen o área localizada de desecación en el borde de avance de la lesión por alteración de la película lagrimal precorneal (sobre todo si la cabeza del Pterigium es especialmente prominente).
Los pacientes que usan lentes de contacto pueden sufrir síntomas irritativos en fases más tempranas por elevación del borde de la lentilla.
Las lesiones pueden afectar a la visión si tapan el eje visual por astigmatismo inducido.
Puede haber inflamación intermitente similar a la pingueculitis.
Puede causar un problema estético significativo.
Las lesiones extensas, sobre todo si han recidivado, pueden asociarse a fibrosis subconjuntival que alcance los fondos de saco y cause restricción de los movimientos oculares.

Si se sospecha seudopterigión, puede haber antecedentes del episodio responsable.
Signos del Pterigium:
El pterigión se compone de tres partes: «casquete» (zona avascular que rodea como un halo el borde de avance), cabeza y cuerpo.
Puede haber un depósito lineal de hierro (línea de Stocker) en el epitelio corneal por delante de la cabeza del Pterigium.
Los islotes de Fuchs son manchitas blancas bien delimitadas formadas por agrupación de células epiteliales del pterigión que se observan a menudo en el borde de avance.
El seudopterigión se distingue clásicamente por su localización por fuera del eje horizontal (aunque esto también puede pasar con el pterigión auténtico) y porque solo se fija con fuerza a la córnea en su vértice o cabeza.
Tipos:
- Atrófico (estacionario): Delgado, atenuado y con pobre vascularización. No se presenta punto opaco (corona).
- Progresivo (carnoso): Grueso, carnoso y con prominente vascularización, que se va agrandando y traspasa los límites del centro de la córnea. Se aprecia un punto opaco infiltrante (corona) con la línea de Stocker enfrente del ápice.
- Pterigión recurrente: Tiene más cicatrización y es más ancho.
- Pterigium maligno: Es recurrente con formación de simbléfaron asociada con la restricción del movimiento ocular del lado opuesto.
Tratamiento para el Pterigium actual:
Tratamiento médico en pacientes sintomáticos de modo similar a la pinguécula.
El tratamiento preferido es la resección del Pterigium (extirpación subconjuntival) en conjunto con un autoinjerto limbal (ACCL).
Otra opción es el tratamiento de la esclera al descubierto con mitomicina C.
Debe recomendarse al paciente que lleve gafas de sol para aminorar la exposición ultravioleta y reducir así el estímulo para el crecimiento.
Cirugía:
La resección simple (técnica de la esclera desnuda) se asocia a una alta tasa de recidivas (en torno al 80%), a menudo con un comportamiento más agresivo que la lesión original.
Colgajo conjuntival simple.
Autoinjerto conjuntival. El parche de conjuntiva donante suele tomarse de la zona paralímbica superior o temporal superior, que normalmente sana rápidamente, incluso sin suturas.
Otra alternativa es el parche de membrana amniótica.
Tanto los injertos conjuntivales como la membrana amniótica pueden fijarse con pegamento mejor que con suturas, lo que acorta la duración de la intervención y reduce la irritación postoperatoria.
A veces se emplea un tratamiento coadyuvante con mitomicina C o radiación b en vez de las técnicas con injertos.
Puede requerirse una queratoplastia laminar periférica para lesiones profundas.
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