
Farmacocinética y farmacodinamia: LADME
hace 5 años · Actualizado hace 5 años

La farmacocinética es la parte de la farmacología que estudia los procesos que sufre un fármaco desde que es administrado hasta que el cuerpo lo elimina.
La base de la farmacocinética es lo que se conoce como proceso LADME: liberación, absorción, distribución, metabolismo y excreción.
Farmacocinética: LADME
- La liberación del fármaco a nivel ocular suele ser inmediata, puesto que generalmente se busca un efecto local. No obstante, no siempre es así, puesto que ciertos fármacos no deben actuar únicamente en el punto de aplicación.
Tal es el caso, entre otros, de la terapia antiglaucomatosa, terapia antiinflamatoria para procesos intraoculares (uveítis o iritis) o para la dilatación pupilar en un examen de fondo de ojo.
Asimismo existen fármacos que pueden penetrar en el ojo por vías distintas a la corneal, como ocurre en el paso de fármacos dentro del ojo a través de lo que se conoce como barrera hematoocular (hematorretiniana y hematoacuosa).
- Absorción: proceso por el cual el fármaco atraviesa las barreras necesarias para que posteriormente sea liberado al compartimento que lo transporte a su lugar de acción.
En el sentido más general, el fármaco pasa al torrente circulatorio para posteriormente ser distribuido al resto del organismo.
En el caso concreto del ojo, llamaremos absorción al paso por el que el fármaco se introduce dentro del ojo. Las barreras a atravesar son las siguientes:
- Barrera corneal: la córnea supone una barrera hidrófila (estroma corneal) e hidrófoba (epitelio y endotelio), por lo que para que un fármaco la atraviese debe tener una correcta relación entre hidrofilia e hidrofobia.
Algunos fármacos son administrados como profármacos; esto es, sustancias en principio inactivas que son empleadas para poder superar alguna barrera (en este caso, la barrera corneal), de manera que una vez superada se produce un proceso metabólico que permite la liberación del fármaco activo.
Las esterasas permiten desarrollar profármacos con mayor permeabilidad corneal, y ya en cámara anterior el profármaco es metabolizado al fármaco activo.
- Barrera hematoacuosa: está formada por el epitelio de los cuerpos ciliares. Es una barrera que impide el acceso de los fármacos a la cámara anterior desde la circulación sistémica.

- Barrera hematorretiniana: se conocen dos barreras hematorretinianas: la externa (endotelio de la coroides y epitelio pigmentario de la retina) y la interna (endotelio de la arteria central de la retina y de sus ramas). Permite la entrada del fármaco en la cavidad vítrea, desde la circulación sistémica.
Estas barreras hacen que el acceso del fármaco a nivel intraocular sea limitado y dependiente de las propiedades del fármaco que median su relación con la barrera (peso molecular, carga iónica, ph, coeficiente de participación lípidos/agua ...).
Existen diversos factores que pueden alterar dichas barreras y por lo tanto hacen que la concentración del fármaco a nivel intraocular sean superiores a las esperadas para un sujeto normal, pudiendo determinar reacciones inesperadas.
En el caso de la barrera corneal, el principar factor es la integridad de la misma. La presencia de erosiones y úlceras determina una mayor penetración del fármaco.
En lo que respecta a las barreras hematooculares cabe destacar que los procesos inflamatorios, infecciosos y traumáticos determinan una mayor permeabilidad de estas barreras.
No todos los fármacos pueden atravesar las barreras oculares. Aquellos fármacos aplicados tópicamente sobre el ojo que no consiguen atravesarlas (absorción mínima) pasan directamente a distribuirse en la película lagrimal.
Una vez en la cámara anterior, el fármaco sufre el proceso de distribución por el compartimento intraocular (al que ha llegado después de absorverse) hasta alcanzar su receptor.
Este compartimento intraocular generalmente será el humor acuoso o el humor vítreo. En ocasiones más raras nos interesa que el fármaco limite su distribución por el propio estroma corneal, mientras que en otros casos la distribución no va más allá del propio sistema lagrimal.
- Siguiendo el proceso LADME, el siguiene paso es el metabolismo del fármaco; esto es, el paso en el cual el fármaco sufre cambios que o bien lo activan o bien lo inactivan.
Puede que hasta este proceso el fármaco sea inactivo y entonces pase a ser activo y a ejercer su efecto sobre la fisiología del órgano, o bien puede que el fármaco ya haya ejercido su efecto y mediante este proceso se inactive y se prepare para ser eliminado.
En fármacos distribuidos por la película lagrimal, los enzimas lagrimales son los responsables de este proceso, mientras que en la cámara anterior y en cámara vítrea son los enzimas de estos espacios los responsables del metabolismo del fármaco.
- El último proceso es la excreción del fármaco. A nivel intraocular, el fármaco se puede eliminar por medio del sistema de drenaje del humor acuoso o por el sistema venoso hacia la circulación venosa de retorno.
La principal vía de eliminación del fármaco a nivel intraocular es el drenaje del sistema lagrimal.
- Por esta vía el fármaco puede abandonar el organismo o bien puede reingresar en el mismo por medio de la mucosa nasal, entrando en un nuevo proceso LADME a nivel de todo el organismo, puesto que pasaría a corazón derecho, y de ahí secuencialmente a los pulmones, corazón izquierdo y al resto de la circulación sistémica.
El peligro de este hecho es que el fármaco que accede a la circulación sistémica por esta vía lo hace sin pasar por lo que se conoce como primer paso (primer metabolismo de los fármacos administrados vía oral que se produce a nivel hepático tras ser absorbidos a nivel gastrointestinal) y por lo tanto son potencialmente más peligrosos, si bien es cierto que la concentración con que entran en la circulación sistémica no es, en principio, muy alta.
Farmacocinética: Administración
Hasta ahora se ha hecho referencia en casi todo momento a la administración tópica del fármaco por instilación. Existen otras vías de administración, empleadas principalmente en procesos anestésicos o infecciosos intraoculares, que resultan ser más directas, tales como la retrobulbar, peribulbar, subconjuntival o subtenoniana o intraocular.
En éstas el fármaco no debe atravesar las barreras cornear y hematoocular, por lo que se libera directamente en su lugar de acción y alcanza unas concentraciones mayores y, por tanto, más eficaces.
Eliminación por el iris:
Un punto cuanto menos curioso en la absorción de un fármaco en el iris es su dependencia respecto al color del mismo. La melanina atrapa el fármaco, retrasando su efecto y liberándolo lentamente.
De esta forma aumenta la duración de su acción. Es por ello que en un albino, dada su escasa pigmentación, se puede dar un proceso similar a la intoxicación aguda al aplicar determinados colirios (principalmente, dilatadores pupilares).
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