Episcleritis: Síntomas del Ojo Rojo y Tratamientos Efectivos

hace 1 mes · Actualizado hace 4 semanas

Episcleritis

Despertar y ver una mancha roja e intensa en el blanco del ojo puede ser alarmante. La primera reacción suele ser pensar en una infección o un derrame, pero una de las causas más comunes de este síntoma es la episcleritis, una inflamación generalmente benigna que, aunque aparatosa, rara vez compromete la visión.

Es fundamental diferenciarla de otras afecciones como la conjuntivitis o la más grave escleritis. Mientras que la conjuntivitis suele cursar con secreción y picor, la episcleritis se presenta como un enrojecimiento sin legañas. Entender sus características, causas y tratamientos es clave para gestionarla correctamente y, sobre todo, para tener tranquilidad.

En esta guía detallada, abordaremos todo lo que necesitas saber sobre la episcleritis, explicando de forma clara y sencilla por qué ocurre, cómo se manifiesta y cuáles son las soluciones disponibles.

Índice

¿Qué es Exactamente la Episcleritis?

Para comprender la episcleritis, es útil conocer la anatomía de la pared de nuestro ojo. Esta se compone de varias capas, como una cebolla. La capa más externa y transparente es la conjuntiva. Justo debajo de ella se encuentra la epiesclera, una fina capa de tejido conectivo repleta de vasos sanguíneos. Debajo de la epiesclera está la esclera, la capa blanca, dura y resistente que protege el globo ocular.

La episcleritis es, sencillamente, la inflamación de la epiesclera. Cuando los vasos sanguíneos de esta capa se dilatan e inflaman, provocan el característico enrojecimiento intenso en la superficie del ojo. Afortunadamente, esta inflamación es superficial y no suele afectar a las estructuras internas del ojo ni a la visión.

Tipos de Episcleritis: Simple y Nodular

La episcleritis no siempre se presenta de la misma forma. Los oftalmólogos la clasifican en dos tipos principales:

Episcleritis Simple

Es la forma más común, representando alrededor del 75% de los casos. Se caracteriza por un enrojecimiento que puede ser:

  • Sectorial: La rojez aparece en una sección o cuadrante concreto del ojo, como una cuña.
  • Difusa: El enrojecimiento es más extendido y afecta a una mayor parte de la superficie ocular. Generalmente, la episcleritis simple es más leve y su duración es más corta.

Episcleritis Nodular

Esta forma es menos frecuente. Además del enrojecimiento, aparece un pequeño nódulo o bulto elevado y rojizo en la zona afectada. Este nódulo puede moverse ligeramente al presionar el párpado sobre él. La episcleritis nodular puede generar un poco más de molestia y, a menudo, tarda más tiempo en desaparecer por completo.

Síntomas Clave: Cómo Reconocer la Episcleritis

Los síntomas de la episcleritis son muy característicos y ayudan a diferenciarla de otras patologías.

  • Enrojecimiento: Es el signo principal. El rojo suele ser brillante e intenso, y como hemos visto, puede afectar a un solo sector o a una zona más amplia.
  • Ausencia de secreción: A diferencia de la conjuntivitis bacteriana, la episcleritis no produce legañas ni secreción purulenta. El ojo puede estar lloroso, pero no "sucio".
  • Molestia leve o moderada: No suele haber un dolor agudo. Los pacientes describen una sensación de irritación, escozor, quemazón o de tener un cuerpo extraño, como arenilla.
  • Sensibilidad al tacto: La zona enrojecida puede estar ligeramente sensible si se presiona suavemente a través del párpado.
  • Lagrimeo: El ojo afectado puede lagrimear un poco más de lo normal.
  • Sensibilidad a la luz (Fotofobia): En algunos casos, puede aparecer una ligera molestia ante luces intensas.

Es crucial destacar que un dolor intenso, profundo y que se irradia hacia la frente o la mandíbula NO es un síntoma de episcleritis y podría indicar una inflamación más grave como la escleritis.

Episcleritis vs. Otras Causas de Ojo Rojo

Saber diferenciar la episcleritis de otras afecciones es vital.

  • Diferencia con la Conjuntivitis: La conjuntivitis ("ojo rosado") inflama la conjuntiva, cursa con picor intenso y, si es bacteriana o vírica, casi siempre produce secreción (legañas). La episcleritis no tiene secreción y el enrojecimiento es más localizado e intenso.
  • Diferencia con la Escleritis: Esta es la distinción más importante. La escleritis es la inflamación de la esclera (la capa profunda) y es una enfermedad grave que puede amenazar la visión. Su principal síntoma es un dolor ocular intenso y profundo. El enrojecimiento de la escleritis suele tener un tono más violáceo y no desaparece con gotas vasoconstrictoras.
  • Diferencia con la Hemorragia Subconjuntival: Un "derrame ocular" es la rotura de un pequeño vaso sanguíneo. Se ve como una mancha de sangre roja y uniforme, sin inflamación, dolor ni molestia.

¿Qué Causa la Episcleritis?

En aproximadamente dos tercios de los casos, la episcleritis es idiopática, lo que significa que no se encuentra una causa específica. Simplemente aparece y desaparece sin un motivo claro.

Sin embargo, en el tercio restante, puede estar asociada a enfermedades sistémicas, actuando como una señal de alerta de una condición subyacente. Algunas de las enfermedades relacionadas son:

  • Enfermedades del tejido conectivo y autoinmunes: Artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, espondilitis anquilosante o policondritis recidivante.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal: Como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
  • Vasculitis: Como la granulomatosis con poliangeítis.
  • Otras condiciones: Gota, rosácea o atopía (alergias).
  • Infecciones: En casos muy raros, puede ser una reacción a infecciones como el herpes zóster, la sífilis o la enfermedad de Lyme.

Ante un ojo rojo, la autoevaluación no es suficiente. Es imprescindible acudir a un oftalmólogo para obtener un diagnóstico correcto. Durante la consulta, el especialista realizará:

  1. Historial Clínico: Te preguntará sobre tus síntomas, si has tenido episodios previos y si padeces alguna enfermedad sistémica.
  2. Examen con Lámpara de Hendidura: Con este microscopio, el oftalmólogo puede observar las capas del ojo con gran detalle, confirmar que la inflamación afecta a la epiesclera y descartar que la esclera u otras estructuras estén implicadas.
  3. Prueba de Fenilefrina: El médico puede instilar una gota de fenilefrina, un vasoconstrictor suave. En la episcleritis, los vasos superficiales se contraen y el ojo se "blanquea" notablemente. En la escleritis, los vasos profundos no se ven afectados y el ojo permanece rojo. Esta prueba es clave para el diagnóstico diferencial.

Si se sospecha de una enfermedad sistémica subyacente, el oftalmólogo puede solicitar un análisis de sangre y derivarte a un reumatólogo u otro especialista.

Tratamiento: Cómo Aliviar los Síntomas

El tratamiento depende de la severidad de los síntomas.

  • Casos Leves: A menudo, la episcleritis simple y leve se resuelve por sí sola en un plazo de una a dos semanas sin necesidad de tratamiento. Para aliviar las molestias, se pueden recomendar:
    • Lágrimas artificiales: Usarlas frías (guardadas en la nevera) proporciona un gran alivio.
    • Compresas frías: Aplicarlas sobre el párpado cerrado durante unos minutos varias veces al día.
  • Casos Moderados o Persistentes: Si las molestias son mayores o el episodio no remite, el tratamiento puede incluir:
    • Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) por vía oral: Fármacos como el ibuprofeno pueden ser muy efectivos para reducir la inflamación y el malestar.
    • Colirios de corticoides suaves: Siempre bajo prescripción y supervisión médica. Estos colirios son potentes antiinflamatorios, pero su uso incorrecto puede tener efectos secundarios graves, como aumento de la presión intraocular (glaucoma) o cataratas.

Pronóstico y Duración: ¿Qué Puedo Esperar?

El pronóstico de la episcleritis es excelente. No deja secuelas y no causa pérdida de visión. Sin embargo, es una condición que tiende a ser recurrente. No es raro que una persona tenga varios episodios a lo largo de su vida, a veces en el mismo ojo y otras en el contrario.

La duración de un episodio típico de episcleritis simple es de 7 a 10 días. La forma nodular puede tardar un poco más en resolverse por completo, a veces hasta varias semanas.

Conclusión: Un Ojo Rojo que No Debe Ignorarse

Aunque la episcleritis es una afección benigna, ningún ojo rojo debe ser tomado a la ligera. Es un signo de que algo está ocurriendo, y solo un profesional puede determinar su causa y su gravedad.

La tranquilidad de saber que se trata de una simple episcleritis y no de una condición más seria como la escleritis, justifica plenamente la visita al oftalmólogo. Si experimentas un enrojecimiento ocular, especialmente si es sectorial, sin secreción y con una molestia leve, no dudes en pedir una cita. Un diagnóstico adecuado es el primer y más importante paso para un tratamiento eficaz y una rápida recuperación.

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