Coroiditis serosa central: Tratamiento

hace 3 semanas · Actualizado hace 2 segundos

Coroiditis serosa

La coroiditis serosa es una enfermedad esporádica y autolimitada. Consiste en el acumulo de líquido procedente de un vaso coroideo por un defecto de la lámina de Bruch y del epitelio pigmentario.

La coroiditis serosa se caracteriza por el acumulo de liquido subretineano en el polo posterior, produciendo un desprendimiento localizado de la retina neurosensorial que puede afectar a la mácula. Puede pasar desapercibida en los casos en que se produzca en la periferia de la retina. Pero cuando se produce en la mácula, el paciente refiere:

Índice

Coroiditis: Síntomas

  • Visión borrosa, bajada de la A.V.
  • Alteración de los colores (amarillento, grisáceo).
  • Escotoma central.

Su etiología permanece aún desconocida, no obstante, los factores de riesgo que se han observado son: Sexo masculino, estrés psicológico, tratamiento con corticoides, incluso se ha demostrado que a menudo las personas que tienen coroiditis serosa, casualmente tienen el helicobacter pylori (test del aliento).

Suele darse en pacientes jóvenes bajo estados tensionales y de ansiedad. La mácula se eleva y pierde el reflejo foveal producto de edema. La mejor forma de ver esta condición es mediante técnicas que aporten campo suficiente para poder contrastar el área afectada y la adyacente.

Puede darse un aumento de aceptación de positivos al acortarse el eje antero-posterior. El paciente suele referir metamorfopsia. La agudeza visual disminuye mínimamente. Suele existir un tiempo de recuperación al deslumbramiento aumentado. Se debe hacer una angiografía fluoresceínica y así localizar la procedencia del líquido procedente del edema.

Coroiditis serosa: Solución

Suele ser una condición benigna que se resuelve por si sola. A veces, si recidiva con frecuencia y según el resultado de la angiografía, se aplica láser.

El problema surge cuando tarda en desaparecer, ya que al haber entonces una alteración del epitelio pigmentario, la A.V no vuelve a la unidad.

Si no desaparece, la única alternativa es la "fotocoagulación con láser". Pero se es reacio a ello cuando los puntos de fuga son muy centrales, ya que el daño provocado por el propio láser pueden ser peor que la propia coroiditis serosa.

Te mostramos las opciones terapéuticas para la coroiditis serosa central (CSC):

1. Observación y modificación de factores de riesgo

  • La mayoría de los casos de CSC aguda mejoran por sí solos en 3–4 meses. Si tu visión es buena y el líquido subretiniano no es un problema inmediato, se sugiere seguir de cerca con OCT cada 1–2 meses.
  • Es crucial evitar el uso de corticosteroides. Esto incluye los usados sistémicamente, tópicamente, intranasalmente o cutáneamente. Esto puede empeorar la enfermedad.

2. Fotodinámica con verteporfin (PDT)

  • El half-dose o half-fluence PDT es el mejor tratamiento cuando el líquido subretiniano dura más de 3–4 meses o afecta la fóvea. Este tratamiento reduce el daño al lecho coroideo anormal, disminuyendo la permeabilidad y el grosor coroideo.
  • Las revisiones sistemáticas y estudios clínicos demuestran que las pautas reducidas de PDT son más efectivas. Esto se debe a que mejoran la anatomía y la función visual con menos riesgo de atrofia retiniana.

3. Láser focal con argón

  • Es útil para puntos de fuga únicos y extrafoveales que no mejoran con la observación.
  • El láser puede sellar eficazmente las fugas. Sin embargo, no mejora la visión a largo plazo si se aplica cerca de la fóvea. Además, puede causar cicatrices retinianas permanentes.

4. Láser subumbral micropulso

  • Este láser permite eliminar el líquido subretiniano sin dañar el tejido. Es ideal para casos crónicos o cuando no se puede acceder al PDT.
  • Los estudios muestran que este láser resuelve el líquido subretiniano. Sin embargo, sus resultados son inferiores a los del half-dose PDT según el ensayo PLACE.

5. Tratamiento farmacológico

  • Antagonistas de receptor mineralocorticoide (espironolactona, eplerenona): reducen el fluido en algunos estudios. Pero el gran ensayo VICI no confirmó beneficio en CSC crónico. Su uso sigue siendo experimental.
  • Anti-VEGF intravítreo: no se recomienda rutinariamente. No ha demostrado eficacia consistente para el manejo primario de CSC. Se reserva para neovascularización coroidea secundaria.

6. Otras modalidades

  • Transpupillary Thermotherapy (TTT): alternativa térmica en fugas centrales no accesibles al láser. Con resultados variables y riesgo de daño térmico retiniano.
  • Láser de retina selectivo: tratamiento aún en fase experimental. Con estudios pequeños que muestran cierto beneficio sin lesiones térmicas evidentes.

7. Seguimiento

  • En CSC crónico o tras intervención, realizar OCT y, si procede, angiografía con fluoresceína/ICG. Antes y 3–6 meses después del tratamiento para valorar la resolución del fluido y ajustar la estrategia.

Con este abordaje escalonado, desde la observación y la modificación de esteroides hasta la PDT a dosis reducidas, pasando por distintos láseres y terapias farmacológicas. Se puede individualizar el tratamiento de la coroiditis serosa central. Así se optimiza la resolución del fluido subretiniano y se preserva la visión a largo plazo.

¿Cúal es el pronótico?

El pronóstico de la coroidopatía serosa central (CSC) varía mucho. Esto depende si se trata de la forma aguda o de la crónica/recurrente. También influyen factores individuales como la edad, la bilaterilidad, el grosor coroideo, los hábitos tiroideos, el estrés y el uso de esteroides.

1. CSC aguda

  • Resolución espontánea en el 80–90 % de los casos dentro de los primeros 3–4 meses sin necesidad de tratamiento.
  • Más del 90 % de los pacientes recuperan agudeza visual ≥20/25 (o 94 % recuperan la visión previa) en ese periodo, aunque pueden quedar defectos residuales de sensibilidad retiniana o ligera distorsión.
  • La mejora funcional suele acompañarse de la reabsorción completa del fluido subretiniano, con normalización de la arquitectura foveal en la OCT.

2. Recurrencia y transición a crónico

  • Alrededor del 30–50 % de los pacientes experimenta una o más recidivas en el primer año tras la resolución inicial.
  • Aproximadamente el 5 % de los casos evolucionan a CSC crónico (fluido persistente > 6 meses).

3. CSC crónica

  • En la forma crónica, el fluido subretiniano persiste o reaparece, con riesgo de atrofia del epitelio pigmentario y de atrofia retiniana externa, que pueden causar pérdida visual permanente.
  • El pronóstico funcional es menos favorable: muchos pacientes retienen visión subóptima (por ejemplo 20/30–20/40) o presentan metamorfopsias y pérdida de contraste a largo plazo.

4. Factores que empeoran el pronóstico

  • Duración prolongada del desprendimiento (> 6 meses).
  • Recurrencias múltiples y bilaterales.
  • Grosor coroideo extremo o hiperpermeabilidad pronosticada por ICG.
  • Uso continuado de corticosteroides o patologías sistémicas (hipertensión, enfermedad tiroidea, estrés crónico).

5. Conclusión

  • Aguda: excelente pronóstico visual en la mayoría (80-90 % remite sola y > 90 % recupera visión buena).
  • Recurrente/crónica: mayor riesgo de daño irreversible (5 % crónico; hasta 50 % recidivas), con pronóstico funcional más reservado.
  • Seguimiento estrecho y tratamiento oportuno de recurrencias o cronicidad (PDT, láser, fármacos) son clave para preservar la visión a largo plazo.

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    1 Opiniones:

  1. Antonio A. Blanco dice:

    Muy aclaratorio, gracias,

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