Coriorretinopatía central serosa

hace 1 semana · Actualizado hace 1 segundo

coriorretinopatía central serosa

La coriorretinopatía central serosa (CRS) es un problema ocular. Se caracteriza por el desprendimiento de la retina en la zona macular. Esto hace que el fluido se acumule debajo de la retina, afectando la visión central.

Índice

Epidemiología y Factores de Riesgo

  • Población Afectada:
    • Es más común en hombres jóvenes y adultos de entre 20 y 50 años.
    • Las mujeres pueden ser afectadas, pero menos que los hombres.
  • Factores de Riesgo:
    • Estrés: El estrés y el cortisol pueden dañar la retina.
    • Uso de Corticosteroides: El uso de corticosteroides aumenta el riesgo de CRS.
    • Factores Hormonales: Las hormonas pueden influir, especialmente en ciertos tipos de personalidad.
    • Otros: La hipertensión y desequilibrios autonómicos también pueden ser factores de riesgo.

Fisiopatología

  • Alteración del Epithelio Pigmentario de la Retina (EPR):
    En la CRS, el EPR no funciona bien. Esto permite que el líquido se filtre hacia el espacio subretiniano.
  • Aumento de la Permeabilidad Corioidea:
    La coroides se vuelve más permeable. Esto facilita el escape del líquido, influenciado por cambios hormonales y estrés.
  • Desprendimiento Neurosensorial:
    El líquido acumulado hace que la retina se separe de la coroides. Esto afecta la visión y la transmisión de señales visuales.

Manifestaciones Clínicas

Los síntomas pueden incluir visión distorsionada y colores apagados. También pueden verse líneas curvas y leer borroso. En algunos casos, se puede sentir cefalea.

La CRS puede ocurrir sin causa aparente. Pero, el estrés y la cortisona pueden aumentar el riesgo. Estos factores pueden dañar la retina.

  • Síntomas Visuales:
    • Visión borrosa o disminución de la agudeza visual en uno (más común) o ambos ojos.
    • Metamorfopsia: distorsión en la forma o tamaño de los objetos.
    • Micropsia: percepción de objetos más pequeños de lo normal.
    • Escotoma central: aparición de “puntos ciegos” en el centro de la visión.
  • Curso de la Enfermedad:
    • En muchos casos, la CRS es autolimitada y se resuelve espontáneamente en unas pocas semanas a meses.
    • Sin embargo, en casos recurrentes o crónicos, la acumulación persistente de líquido puede llevar a cambios degenerativos en el EPR y afectar de manera más permanente la visión.

Diagnóstico

Los hombres son más propensos que las mujeres a sufrir esta patología, y las personas de 20 a 50 años de edad son grupo de riesgo.

El diagnóstico se realiza a través de un exámen de retina y puede ser confirmado con la angiografía con fluoresceína.

El 90% de los casos suele resolverse de manera espontánea, y en pocos meses se produce una restauración satisfactoria de la agudeza visual.

Los casos en los cuales exista persistencia de líquido seroso y sus síntomas persistan más de 6 meses, el tratamiento más adecuado para esta Coriorretinopatía central serosa será el láser.

El diagnóstico de CRS se basa en la historia clínica, el examen oftalmológico y estudios de imagen:

  • Oftalmoscopia:
    Permite visualizar áreas de desprendimiento retinal seroso en la región macular.
  • Tomografía de Coherencia Óptica (OCT):
    Es la herramienta diagnóstica más utilizada, ya que muestra de forma detallada la acumulación de líquido en el espacio subretiniano y permite evaluar la integridad del EPR.
  • Angiografía con Fluoresceína:
    Puede revelar patrones característicos de filtración, como el patrón "inkblot" (mancha de tinta) o en algunos casos un patrón en forma de "smokestack" (columna de humo ascendente).
  • Otros Estudios:
    La evaluación de la presión intraocular y exámenes generales pueden ser útiles para descartar otras patologías asociadas.

Tratamiento

El abordaje terapéutico de la CRS varía según la presentación clínica:

  • Observación y Seguimiento:
    • En casos agudos y primarios, se prefiere un manejo conservador. Esto incluye seguimiento regular con OCT y control visual.
  • Modificación de Factores de Riesgo:
    • Es importante reducir el estrés. También, revisar la necesidad y dosis de corticosteroides con el médico.
  • Tratamientos Intervencionistas (en casos persistentes o recurrentes):
    • Fotocoagulación Láser Focal: Se usa para cerrar puntos de fuga en zonas de filtración bien definidas.
    • Terapia Fotodinámica (PDT): Es útil en casos crónicos o con recurrencias para reducir la permeabilidad corioidea.
    • Otros Tratamientos: Se han explorado opciones farmacológicas, como inhibidores de la aldosterona, aunque su eficacia varía.

Pronóstico y Seguimiento

  • Pronóstico:
    • La CRS aguda suele tener un buen pronóstico visual, con resolución espontánea y recuperación completa.
    • En casos crónicos o recurrentes, pueden surgir secuelas. Estas pueden afectar la visión de forma permanente.
  • Seguimiento:
    • Es crucial un control periódico. Esto permite evaluar la resolución del líquido subretiniano y detectar signos de recurrencia o progresión.

La coriorretinopatía central serosa es una enfermedad que, aunque dramática, en la mayoría de los casos se autolimita. En pacientes con recurrencias o presentaciones crónicas, es vital una evaluación detallada y seguimiento cercano. Esto ayuda a evitar complicaciones que puedan afectar la visión a largo plazo.

La identificación de factores de riesgo, como el estrés o el uso de corticosteroides, es crucial. Las técnicas de imagen avanzadas permiten un manejo adecuado y personalizado.

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¿Cuáles son las secuelas de la coroidopatía serosa central?

Las secuelas de la coroidopatía serosa central varían según la duración, la frecuencia de los episodios y la respuesta individual del paciente. En general, cuando la enfermedad se vuelve crónica o recurrente, pueden desarrollarse las siguientes secuelas:

  • Alteraciones en el epitelio pigmentario (EPR):
    La exposición prolongada al fluido subretiniano puede causar cambios en la pigmentación y la integridad del EPR. Esto genera áreas de atrofia o irregularidad que afectan la función visual.
  • Degradación de la función macular:
    Aunque en muchos casos la CRS aguda se resuelve de forma espontánea, en los episodios crónicos se puede producir una disminución permanente de la agudeza visual central. Esto se acompaña de distorsión de las imágenes (metamorfopsia) y, en ocasiones, aparición de escotomas.
  • Cambios en la estructura retiniana:
    La persistencia del fluido puede llevar a alteraciones en la microestructura de la retina. Estas alteraciones incluyen adelgazamiento de la retina o irregularidades en la línea del EPR. Se pueden detectar mediante tomografía de coherencia óptica (OCT).
  • Riesgo de recurrencia:
    Los pacientes que han experimentado CRS tienen mayor probabilidad de recurrencias. Esto puede incrementar el riesgo de desarrollar secuelas a largo plazo si no se controla adecuadamente la enfermedad o los factores de riesgo asociados.

En resumen, las secuelas de la coroidopatía serosa central se relacionan principalmente con cambios estructurales y funcionales en la retina y el EPR. Esto puede traducirse en una disminución permanente de la agudeza visual y en la calidad de la visión. Es fundamental un seguimiento periódico con un especialista en retina para detectar y manejar estas secuelas a tiempo, especialmente en casos de CRS recurrente o crónica.

¿Cómo se cura la coriorretinopatía serosa central?

La coriorretinopatía serosa central (CSC) generalmente no tiene una "cura" única. Su evolución varía según cada paciente y, en muchos casos, se resuelve de forma espontánea. El manejo se centra en:

  1. Observación y Manejo de Factores de Riesgo:
    La CSC aguda mejora en semanas o meses sin tratamiento especial. Es importante reducir el estrés y el uso de corticosteroides. Estos factores pueden empeorar la enfermedad.
  2. Intervenciones en Casos Crónicos o Recurrentes:
    Para casos persistentes o recurrentes, se pueden usar tratamientos específicos. Estos ayudan a resolver el fluido y a minimizar daños:

    • Fotocoagulación Láser Focal: Se aplica en áreas específicas del ojo para cerrar puntos de fuga y reducir la filtración.
    • Terapia Fotodinámica (PDT) con Verteporfin: Es útil en casos crónicos. Disminuye la hiperpermeabilidad de la coroides y ayuda a reabsorber el fluido subretiniano.
    • Medicamentos: Se están investigando fármacos como los inhibidores de la aldosterona. Estos pueden ayudar a normalizar la función del epitelio pigmentario. Sin embargo, su uso se evalúa de forma individual.
  3. Seguimiento Especializado:
    Es crucial realizar evaluaciones periódicas con tomografía de coherencia óptica (OCT) y otros estudios de imagen. Esto ayuda a monitorear la evolución de la CSC y decidir cuándo intervenir.

La "cura" de la CSC varía según el caso. En muchos, la forma aguda mejora con observación y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, en casos crónicos o recurrentes, se necesitan terapias focalizadas para acelerar la recuperación. Es vital que el tratamiento se personalice y se realice bajo supervisión de un especialista en retina.

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